Cuando realizamos un presupuesto generalmente no nos preocupamos por las proporciones que deben guardar los gastos dentro de éste, simplemente ajustamos nuestros gastos a los ingresos en función de unas metas financieras que nos hemos marcado de antemano. Pero, ¿qué cantidad óptima debemos destinar al gasto y al ahorro?
Es aquí donde surge el presupuesto 50/30/20 y que os proponemos como ejemplo para llevarlo a la práctica a la hora de confeccionar vuestro presupuesto familiar. Para realizarlo tendremos que pasar por cuatro etapas.
Tabla de contenido
Calcular los ingresos después de impuestos
En el primer paso tendremos que registrar los ingresos sin los impuestos correspondientes, será nuestro salario bruto menos los impuestos y otros gastos. Tendremos que quitarle las retenciones (IRPF), seguridad social, primas de seguros de salud que se contemplen en la nómina, cuotas sindicales, etc.
Limitar los gastos necesarios al 50%
Lo siguiente que haremos será revisar nuestro presupuesto y debemos buscar aquellos gastos que consideremos necesarios, tales como, el gasto en alimentación, en vivienda, servicios públicos, seguro del coche, en educación de nuestros hijos, etc. La cuantía de todos estos gastos necesarios no debe superar el 50% de nuestros ingresos después de impuestos.
Limitar gastos discrecionales al 30%
En esta categoría deberíamos incluir aquellos gastos que queremos realizar conscientemente pero que no son realmente indispensables. Estos serían gastos como las vacaciones, regalos, entretenimiento, salir a comer, etc. Podemos vernos en la tesitura de no saber dónde englobar un gasto ya que podríamos meterlo en el primer grupo o en este. Por ejemplo algunos servicios adicionales que se incluyen dentro de la factura del teléfono (llamada en espera, servicio de contestador, etc.) se englobarían en el segundo grupo mientras que el gasto de teléfono básico iría al primero. La suma de todos ellos no debe suponer más de un 30% de los ingresos.
Destinar al ahorro y al pago de deudas el 20% restante
Por último, tendremos que apartar un 20% de nuestros ingresos para hacer frente a las deudas que tengamos y para ahorrar dinero (crear un fondo de emergencia, planificar la jubilación, etc.). Por ejemplo si tenemos una hipoteca y estamos pagando una cuota mensual, cualquier exceso que paguemos por encima de dicha cuota se corresponderá con un gasto que computará dentro de este 20% mientras que la cuota “normal” irá en el primer grupo de gastos necesarios.
[divide style=”2″]
Este es un modelo sencillo de presupuesto que fue elaborado por Elizabeth Warren profesora en la Harvard Law School.
Esta idea de presupuesto no es algo cerrado y que deba ser así para todo el mundo. Cada persona deberá adecuar su presupuesto familiar a su situación personal pero este ejemplo de presupuesto nos sirve de guía para poner orden en nuestras finanzas domésticas.