Este indicador, desarrollado por Gerald Appel, ha resistido de manera sólida el paso de los tiempos y las modas. De entre los cientos de indicadores que existen quizás sea uno de los más sencillos, fiables y populares.
Al igual que las medias móviles, el MACD (moving average convergence/divergence) nos permite seguir tendencias, aunque a diferencia de las primeras, lo hace en forma de oscilador.
El MACD, es la diferencia entre dos medias móviles exponenciales. Generalmente se suele emplear una corta de 12 períodos y otra larga de 26. En la mayoría de los casos se utiliza otra media móvil exponencial de 9 periodos que actúa como gatillo para tomar decisiones de compra o venta.
Además, se mueve alrededor de una línea central o línea de nivel cero, sin límites superior ni inferior. Por este motivo no dispone de niveles que señalen niveles de sobrecompra o sobreventa como sucede con el RSI (Relative Strength Index).
Cómo se calcula y cómo se interpreta el MACD
Su cálculo es realmente sencillo, se obtiene de la siguiente manera:
MACD = EMA12 – EMA26
Las decisiones de compra/venta siguiendo este indicador se hacen de acuerdo con los siguientes criterios:
1. Por el signo del indicador. Si la media corta es superior a la media larga, el MACD es positivo y, por tanto, la tendencia del mercado es alcista. Por el contrario, cuando el MACD es negativo, la tendencia es bajista.
La señal de compra se produce en el momento en el que el MACD se convierte en positivo, y la de venta en caso contrario.
2. Por anticipación al cambio de signo del indicador. Para aplicar este criterio se utiliza una media móvil exponencial de 9 periodos de este indicador.
La señal de compra se produce cuando el MACD, teniendo un valor inferior a cero, cruce en sentido ascendente a su media de nueve períodos. Por su parte, se produce una señal de venta cuando el MACD, teniendo valores positivos, traspase a su media en sentido descendente.
3. Por divergencias con los precios. El MACD, al generarse como resta de dos medias, representa, en definitiva, una diferencia de precios y adquiere las características de un oscilador de momento y por esta razón puede presentar divergencias con los precios en determinadas circunstancias.
Aunque por defecto casi siempre se utilizan las medias exponenciales de 26 y 12 períodos para calcular el MACD, este no es un estándar que tenga que aplicarse sin más en todas las situaciones en que pueda encontrarse el inversor.
Si se pretende que mantenga sus buenas cualidades en gráficos distintos de los diarios, por ejemplo, tendrán que variarse los periodos de las medias móviles exponenciales para adaptarlas al nuevo entorno, lo que no introduce complicación alguna, dada la sencillez de su implementación.
A veces, incluso en gráficos diarios, es eficaz el cambio de los períodos de las medias para adaptar el indicador a valores particulares.